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Eso que importa

Con frecuencia recuerdo instantes, eventos y situaciones de apenas segundos que por distintas razones han cambiado mi vida. Buenos momentos, otros que me averguenzan, otros que me entristecen, pero todos ellos, ayudaron a moldear mi carácter y la vida que tengo hoy. Todos me recuerdan que no han nada tan importante como para decir que un único evento, o incluso una persona, cambiará mi vida para siempre. Aún aquellos instantes que de cosas irremediables, como la muerte de mi mamá, con el tiempo van tomando un tono gris, dejan de doler: He encontrado nuevos patrones y una vida que se  ha ajustado para convivir con esos recuerdos.

Esos recuerdos antiguos, son también parte de mi memoria. Pensar el poder inmenso de cada uno de los faraones del imperio nuevo en Egipto, millares de esclavos cuyas vidas tenian el único propósito de crear tumbas que nunca fueran olvidadas. Hoy, apenas unos pocos egiptólogos podrían recordar el nombre de su dueño. El tiempo termina esa grandeza, esa que depende del reconocimiento de los que vienen luego.

Estas experiencias hacen que ese simple concepto del budismo, de no buscar la grandeza, sino sólo el estar completamente presente en cada cosa cotidiana, tiene mucho sentido. ¿Cuál es el propósito de buscar ser importante, o famoso, o incluso rico, si nada de ello permanece o se mantiene? Aún en el lapso de una corta vida, hay tantos cambios que una persona puede percibir que la grandeza no importa. ¿Entonces qué importa? Tal vez solo el camino del medio.

http://www.thebigview.com/buddhism/eightfoldpath.html


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