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Mostrando las entradas de 2018

Hace más de 10 años

Este blog completa una década de existencia. No fue mi primer blog, antes de blogger tenía un blog en los servicios de microsoft. Antes de eso, escribía en revistas estudiantiles y períodicos murales en el colegio y la universidad. Escribir me hace falta, no he dejado de hacerlo desde que aprendí. Creo que compensa lo poco que hablo. Se volvió un hábito, pues con el tratamiendo de depresión sugieren frecuentemente el llevar un diario. Dejar constancia de qué nos hace feliz o qué dispara la ansiedad, qué sentimos, etc. La mayoría de mis escritos los empiezo en papel. Sólo llegan a un computador cuando están listos para ser editados, aquellos pocos que preparo para ser publicados. Mis escritos, que antes eran solo personales y una forma de sublimar mis pequeños dramas cotidianos, fueron haciendose más complejos a medida que me hacía mayor. Un día cualquiera fuí conciente de que había adquirido experiencias suficientes como para que lo que tenía que decir, fuera de valor para alguie

Las interrupciones

Desde hace más o menos una semana, no contesto mi celular. Cuando sueña, salta, timbra, solo lo dejo sonar, saltar y timbrar. Dejé de contestar porque sentía que si atendía cada solicitud, la productividad de mi día sería muy baja, si es que lograba producir algo en el día. Y porque el nivel de interupciones se ha incrementado muchísimo en mi día a día, al punto de que es imanejable. Literatura sobre el efecto negativo de las interrupciones, hay montones. Una muestra aquí, en un enlace de busqueda en google  https://www.google.com.co/search?q=interrupcion+en+el+trabajo&oq=interrupcion&aqs=chrome.1.69i57j35i39j0l4.6152j0j7&sourceid=chrome&ie=UTF-8   En inglés, el volúmen de literatura mostrando lo negativo de las interrupiciones es mucho mayor. He leído muchas veces que tras una interrupción, el cerebro toma entre 15 y 30 minutos en volver a concentrarse y lograr un estado productivo. Curiosamente, las personas no parecen notar que preguntarte si te pueden interrum

Estar ofendido y los antidepresivos

En general, aunque tomar antidepresivos ayuda mucho a alguien con depresión, los efectos secundarios del medicamento no son deseables. Por eso, lo usual es que el medicamento se toma por un tiempo determinado, mientras el paciente está en alguna crisis o lo requiere, y luego se deja de tomar. El proceso, que ya me es conocido, no deja de ser complejo. En particular, porque los antidepresivos disfrazan las emociones, con la medicación no se siente uno triste, ofendido, dolido. Los sentimientos negativos no están presentes, aunque estén justificados. Y esto afecta las relaciones personales. La imposibilidad de sentirse ofendido o dolido, en mi caso, evita que note situaciones de abuso o de injusticias. Cuando dejo de tomar los antidepresivos, estas situaciones se hacen muy evidentes y es difícil manejarlo con las personas involucradas. ¿Cómo es que ahora te ofende algo que está pasando hace meses y antes no te generaba reacción alguna? ¿Cómo puedes explicar a alguien, que no tiene cono