Ir al contenido principal

Y aquí vamos de nuevo

No puedo decir que tengo una gran esperanza, pero si me da un poco de moral el ver que hay personas interesadas en continuar buscando un país diverso, justo y un poco más decente del que tenemos. Primero me declaré Liberal, luego del Polo, por un breve período del Partido Verde, y ahora pues vamos de nuevo con los Progresistas. En Colombia, no hay partidos, sólo grupos de personas halando de un lado a otro, y yo con ellos.

Por eso, al regresar a casa esta tarde, lo primero que hice fué registrarme como miembro del GRUPO SIGNIFICATIVO DE CIUDADANOS PROGRESISTAS.

Hay en este grupo personas que admiro y respeto, y otras que no tanto (como en todos los grupos), pero confío en que al menos del debate que se genere gracias a ellos tengamos más transparencia en las campañas que apenas se incian.

Al final, lo que quiero es un país liberal, con justicia social, con oportunidades para todos, que permita y apoye la diversidad, donde se pueda vivir y no solo sobrevivir, donde no reine el miedo y la intolerancia. 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Ahhh, los verdes (catarsis antes de dejar de hablar de la "ola verde")

Si, yo voté por Antanas Mockus en la consulta, luego en primera y en segunda vuelta. Pero no soy verde, no creo en la "ola verde" y no haré parte del Partido Verde Colombiano. Prefiero seguir participando como siempre lo he hecho, y votar con conciencia por quien me de la gana, como siempre lo he hecho. Cuando me refiero a los verdes, no me refiero a los verdaderos ecologistas, con quienes tengo una profunda afinidad (con orgullo puedo decir de mi que soy un tree hugger ). Tampoco al color verde, que como saben muchos es el color corporativo de mi empresa y por el que tengo un especial afecto. Siempre que despectivamente me refiero a los verdes, me refiero a ese numeroso grupo de seguidores de Antanas Mockus y del recientemente repotenciado Partido Verde Colombiano. No me refiero a todos, sino a ese grupo casi fanático que repite lemas y frases sin cuestionarlas (algo que estoy segura, molestaría mucho a Antanas Mockus si su ego le permitiera realmente leer lo que sus segui

La soledad tiene muchas formas

Hay soledad de esa que es fría, impersonal. Usual en los sitios llenos de personas que hablan de cosas que realmente no les importa pero que lo prefieren al silencio.  Hay soledad calida, la de tener espacio para oír los propios pensamientos, sentir cada pequeña cosa, como el rayo de sol que se asoma y toca un poco el brazo.  Hay soledad que parece casi musical, en que ve uno todo más claro y puede ver cómo cada intención se relaciona con otra, y cómo hay personas que dicen todo lo correcto pero no lo sienten realmente. Hay soledad obsesiva, esa que se centra en una sola cosa, idea, lugar, persona que no está presente. La soledad de sentir una profunda carencia sin darse cuenta de todo lo que sí está presente. Está la soledad miserable, que no es otra cosa que sentirse menos y por eso, necesitar mezclarse con eso que sentimos menos.   La soledad tiene muchas formas, y cambia constantemente. Como una columna de humo que se mueve caprichosamente con el viento. Photo credit: Oscar F. Hevi

Richard Corey y Mending Wall

Cuando estaba en el colegio, pasaba mucho más tiempo del debido, leyendo poesía norteamericana. En días como hoy, suelo recordar algunos de esos poemas. Aquí les comparto dos de ellos, que aún me acompañan: Richard Corey Edwin Arlington Robinson. 1869–1935 WHENEVER Richard Cory went down town, We people on the pavement looked at him: He was a gentleman from sole to crown,   Clean favored, and imperially slim. And he was always quietly arrayed, And he was always human when he talked But still he fluttered pulses when he said, "Good-morning," and he glittered when he walked. And he was rich—yes, richer than a king, And admirably schooled in every grace: In fine, we thought that he was everything To make us wish that we were in his place. So on we worked, and waited for the light, And went without the meat, and cursed the bread; And Richard Cory, one calm summer night, Went home and put a bullet through his head. Mending Wall Robert Frost 1874-1963 Someth