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Un poco de todo

Hay varios temas sobre los que no he opinado. Son temas en los que mucha gente opina, y hay muchas columnas que leer. Curiosamente, en la mayoría de casos lo que he leído no ha cambiado mi opinión inicial... Aquí el resumen:

Nicolás Castro: Adolescente bocón, se le fue la mano hablando, pero la reacción fue una ridiculez. No se debe ignorar una amenaza de muerte (así sea dicha en chiste), menos en un país violento como el nuestro. Se require una reprimenda, un rechazo público a sus palabras. Pero es claro que nunca tuvo intención de llevar a cabo su amenza y debe ser liberado inmediatamente. Leer paginas con información de grupos armados ilegales (nacionales o internacionales) no lo hace a uno terrorista, solo en alguien con interés de tener información de varias fuentes. (Particularmente necesario en Colombia, donde todos los noticieros parecen la versión televisada de El Espacio o de un comunicado de prensa de la Casa de Nariño.)

Obama y el Nobel: Si, Obama se merece el Nobel. Su presidencia es, según yo, uno de los eventos más significativos de los últimos cien años. No por lo que ha hecho, sino por lo que representa:  Estados Unidos entendió que el poder militar lo les permite hacer lo que les de la gana, y sobre todo que en el país más rico del mundo se necesita una buena dosis de social-democracia. Además, en EEUU, donde el tema del racismo se presenta como lo hace, un presidente "medio negro" muestra una sociedad que avanza. Se abre el camino para un lider del mundo libre, que sea una mujer gay. Se abre camino para un mundo que no le tema a la diversidad.

La existencia de las guerras justas: si, estoy de acuerdo en que hay guerras justas. Los abusivos lo son porque no ejercen sobre si mismos autocontrol. Para detenerlos hay que oponerse, y eso puede implicar violencia. ¿Alguien tiene alguna duda de la necesidad de una guerra para detener el Holocausto en la Segunda Guerra Mundial?

El Procurador, Galat y el Papa: "Dios" nos libre de volver atrás un siglo. La moral conservadora no debe guiar la conducta de los hombres, mucho menos la del Estado. El oscurantismo se acabó. La guerra contra los anticonceptivos, la expresión de la sexualidad y la diversidad tiene que terminar.

La dosis minima: si la marigüana fuera legal, habría mucho menos adictos a la cocaina o drogas más fuertes. A las drogas hay que darles el mismo tratamiento que al tabaco y el alcohol: debe ser legal, pero se debe inundar los medios de información sobre sus efectos adversos. Es un tema de salud publica, pero también de libertad personal.

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