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Hoy el saco fue amarillo

Votar siempre ha sido algo importante para mi, con mi capital político de un voto, pero no recuerdo unas elecciones más decepcionantes que estas.

Finalmente decidí no votar en blanco, pero voté con un poco de dolor de estómago. Quiero pensar que voté por Aida Abella (y no por Clara López), como un acto de responsabilidad, de deuda que de alguna forma tenemos todos con la UP.

Cambié el voto en blanco por este con los debates, increíblemente. No se sabía que candidato era más patético, pero al menos Clara habló de fortalecer las universidades públicas, mantener el proceso de paz y proteger el campo. Eso es más que suficiente, más de lo que dijo el resto.

Así que siguiendo mi muy personal tradición, me puse un saco amarillo, mostrando el color del partido por el que fui a votar. Sabemos todos que al final votaremos Santos en la segunda vuelta, cualquier cosa para evitar otro gobierno uribista.

Que tristes estas elecciones.

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