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Realidades imposibles


Hoy, como casi todos los días, oía los podcast de The Economist. En una entrevista Aaron Sorkin dice que en este momento sería muy difícil hacer una serie de TV con empleados públicos que son dedicados, y hacen su trabajo, como cualquier otro personaje en una serie de hospital o de detectives o cualquier otro tema. Su argumento era que las personas hoy creen que los empleados públicos son unos completos incompetentes o son unos personajes oscuros y malvados. 

Aaron Sorkin fue el guionista de The West Wing. Es curioso que, siendo él mismo alguien que escribió una serie interesante sobre empleados públicos, y que los retrató como gente decente tratado de hacer lo mejor posible (al menos así recuerdo yo la serie), no ve eso como un escenario viable hoy.

Me hizo pensar en mi propio prejuicio. ¿Pienso que los empleados públicos son todos incompetentes? ¿Pienso que los empleados públicos son todos malvados? He tenido oportunidad de conocer e interactuar con empleados públicos en muchos escenarios, algunos personales y profesionales. No podría decir que todos los funcionarios públicos son incompetentes, tampoco que son malvados. Pero si tengo prejuicios, que saltan cuando no presto mucha atención. 

Cuando leo un titular de periódico sobre algo que dijo el Presidente,  alguna nueva norma de la alcaldía, pienso que es son incompetentes (aún sin leer el artículo al que hace referencia el titular). Si el titular es de Uribe, o de algún otro personaje del Centro Democrático, pienso inmediatamente que son malvados, cínicos, ladrones y hasta asesinos. Así que sí, tengo también el sesgo del que habla Sorkin. Las emociones que tengo asociadas a "los políticos" y "los funcionarios" son negativas, y se mueven entre esos dos puntos: incompetente y malvado. Desafortunadamente, tengo estos prejuicios porque si hay muchos funcionarios públicos que son incompetentes y malvados.

Me gusta pensar que la política es un tema de todos. Cualquier tema en que hay más de un grupo involucrado es política. Involucrase en la administración del edificio, en lo que pasa en su barrio, en lo que hacen en la alcaldía local. Involucrarse en lo que pasa más allá del día a día en que uno mismo está. Ser ciudadano. Creo en la importancia de informarse e involucrarse. Se que no es lo que la mayoría prefiere. Años y años de sentir que no hay esperanza, hace que las personas se centren en si mismos y su vida y hagan lo posible por no enterarse ni involucrarse en lo que pasa. En Colombia es casi un tema de supervivencia, porque no es fácil lograr algo de salud mental para poder funcionar. 

Pero, me gusta imaginar el escenario ¿Cómo sería hablar con funcionarios públicos que no son malvados y están realmente tratando de hacer su trabajo? ¿Es esa una realidad posible? 



Photo credit: cold_penguin1952 on VisualHunt.com

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