Al 24 de marzo de 2020, estamos a punto de que inicie la cuarentena nacional en Colombia a cuenta del Corona Virus COVID19. En Bogotá, donde me encuentro en este momento, ya llevamos 4 días de "cuarentena" simulacro. En este momento, la curva de infectados se ve exponencial, y hoy vi muchas personas en la calle, tomándose todo muy normal. Creo que la situación va a empeorar mucho en Colombia, antes de mejorar.
Son tantas las personas que viven del diario, tantas empresas que van a tener problemas de caja, que mi preocupación más allá de la salud, es la inevitable recesión que vendrá. Como mi trabajo es digital, las cosas en que trabajo no se han congelado completamente a cuenta de las cuarentenas mundiales. Creo que mi pequeño aporte es ese, mantener el trabajo digital para que se mueva al menos ese dinero que depende de estos negocios.
En relación a la cuarentena, confieso que mi vida ha cambiado poco. Hace ya años trabajo casi todo el tiempo en remoto desde mi casa. Sigo proyectos con teleconferencias o standups por skype, zoom, etc. De cuando en cuando asistía a reuniones presenciales, pero el Corona Virus me ha dado la excusa perfecta para que ahora todas sean digitales. Trabajo algunos freelance internacionales, así que en ocasiones tengo reuniones en horas extrañas (de madrugada o en la noche), pero de resto, mi rutina es mas bien tranquila.
No es la primera vez que trabajo así, desde mi casa. Varios de mis emprendimientos empezaron en la sala de mi apartamento, y por años, he trabajado en casa. Aquellos que me han visto en una oficina, realmente han visto la excepción, porque no es mi habitat usual. No me gustan las oficinas, y el trabajo oficinesco. Para trabajar en casa, he desarrollado una metodología que me funciona, y que va bastante bien con mi personalidad. Soy muy eficiente y en general, me desespera de las oficinas, que percibo que la gente trabaja poco y va a hacer visita todo el día. No soy capaz de estar tranquila con una productividad tan baja, aún si todos los demás están haciéndolo.
¿Cómo es mi rutina? Lo primero es que tengo horarios laborales, procuro iniciar a trabajar entre 8 y 9 todos los días (la hora cambia si tengo algo que organizar en casa, porque no logro empezar a trabajar con la cama sin tender, o la cocina hecha un desastre). No recuerdo haber trabajado nunca en piyama. Me levanto, preparo café y si estoy en modo trabajo, es modo trabajo. No pongo netflix a menos que se en "mi hora de almuerzo" y necesite un break, no llamo a nadie a hacer visita, no me pongo a ver facebook. Si es día laboral, trabajo. Si lo que hago es interesante (y seguramente lo es), se me pasan las horas y no me doy ni cuenta. Como puff, wow, ya es hora de almorzar, puff ya se acabó el día. Me levanto a tomar café, doy una vuelta por el apartamento, peleo con el gato que para entonces ya seguro se acostó en el teclado, mando un tweet y sigo. Sigo las reglas del pomodoro, aún si no las mido exactamente.
Si por alguna razón no estoy de animo para trabajar (que no es frecuente, pero pasa), decido tomarme el día libre o la tarde libre, y luego "recupero" las horas el fin de semana. La misma disciplina aplico en los fines de semana, en que no trabajo. En mis años mozos, trabajaba 16 horas al día y luego el fin de semana seguía haciéndolo. Ya francamente, mi cuerpo no es capaz de dar el ritmo, y de verdad, necesito parar completamente el fin de semana. El trabajo que hago ahora, ya no es tan "mecánico" como programar, y tener la mente descansada se necesita para poder planear, pensar y no solo ejecutar.
Trabajar sola no implica que no se tenga estrategia, o que no hay trabajo en equipo. Tengo un tablero kanban en Trello que tiene mis objetivos en largo y mediano plazo, y luego, las tareas en tableros más pequeños por proyectos o por temas. Procuro hacer seguimiento de lo que voy haciendo, y de dar resultados en todos los frentes al tiempo. Hoy tengo emprendimientos y proyectos propios, y algunas consultorías o proyectos freelance para terceros. Aunque trabajo sola en casa, en todos los proyectos o iniciativas hay socios, clientes, compañeros, partes interesadas (stakeholders). Siempre hay alguien con quien se necesita coordinar o interactuar. Sólo que no lo hago estando físicamente en el mismo espacio. Coordino por chats (slack es mi favorito, pero he notado que solo nos gusta a los programadores. whatsapp es como el estándar, aunque me resulta un poco odioso. Si me preguntan, prefiero signal o telegram).
Prefiero la comunicación asincrónica a llamar por teléfono. Casi que prefiero las señales de humo a hablar por teléfono, pero bueno, eso ya es una neurosis personal: Las personas pueden estar concentradas en algo, y una llamada con otro tema, lejos de ser algo amable es algo poco considerado. Una interrupción puede costarte hasta 30 minutos. Eso en trabajo que requiere concentración, ¡es un montón! ¡No hagan eso! (No es gratis que la gente que programa, lleva audífonos anti-ruido y hace todo lo que puede para desconectarse del mundo por períodos)
Cuando no estoy en ese estado de flow, me mantengo en contacto todo el tiempo con el mundo exterior, y soy activa en redes sociales, principalmente en facebook y twitter. Mi mejor amiga está fuera del país hace mas de un año, y sin embargo, hablamos todos los días sin excepción.
Dentro de mi rutina, estudiar es fundamental. Al menos el equivalente a un día laboral para mí es estudiar. Ya hay tantas opciones, que no tiene uno excusa para no hacerlo: Platzi, Coursera, infinitos tutoriales y programas en linea, videos de youtube. Casi que el tema es, ¿qué quieres aprender hoy?
Ahora estoy haciendo un MBA en linea y estoy tratando de volver a programar con la misma velocidad que hace años. La gerencia hace que uno se oxide, y eso no me gusta. Estoy estudiando Python con Django.
Recientemente he incluido en mi plan del día el ejercicio. He tenido épocas disciplinadas con el ejercicio, pero en general me cuesta. Así que estoy procurando hacer el esfuerzo de incluirlo. Me tiene un poco traumatizada el saber que la calidad de vida hacia adelante tiene una dependencia tan grande con hacer ejercicio. A comer bien aprendí un poco a la mala, tras tener algunos problemas de salud, al menos eso, ya lo tengo controlado.
La mía es una familia diversa: 2 perros, 2 gatos y 1 gringo que por ahora no está en Bogotá. Sacar los perros es parte de la rutina, salimos a caminar y es divertido. Cuando necesito sol o un pequeño break, es la excusa perfecta. También son la excusa perfecta para no ir a centros comerciales y eso, si mi perro no va, ¡yo tampoco! Camino a todas partes siempre que pueda. Paso 2 y 3 semanas sin ir en carro a ninguna parte, no disfruto manejar en Bogotá (¿alguien lo hace?). Compro todo lo que necesito en mi barrio, caminando y si no es posible, internet.
Me gusta cocinar, así que hago las compras de alimentos para unos días (no soy buena con los mercados gigantes), y al final de la tarde, cuando ya no estoy siendo muy productiva, me pongo a cocinar. Hago mi propio pan, más porque realmente disfruto ir variando las recetas y ver cómo salen. Me las invento, y de vez en cuando quedan muy mal, pero también a veces las recetas resultan muy bien y me la paso bien cuando sucede.
Leo bastante. Lo usual es que estoy leyendo varios libros al tiempo, algunos técnicos, otros de negocios, y seguro alguna cosa de filosofía y algo de literatura. Los revuelvo, y voy cambiando de libro según el ánimo. Pero tengo el kindle siempre a mano, y soy muy feliz cuando alguien llega tarde a una reunion o estoy en alguna fila, porque es un ratico que me gano para leer. Devoro artículos en internet, leo mucho en Medium y algunas revistas como New Yorker, The Atlantic, Slate... Recientemente descubrí Jacobin y ¡me encanta! Leo El país, The Guardian y colombianos solo El Espectador.
Los fines de semana me pongo a cuidar mis matas, me gusta coser y tejer, tengo scrap books, pinto, escribo blogs. Cualquier día me da por pintar un mural en la pared, o mover todos los muebles de sitio. Me compré una flauta en Amazon, como las que usan los hobbits, y ahora estoy aprendiendo a tocarla (es especialmente gratificante tocar flauta desafinada cuando sabes que tu vecino regetonero está durmiendo, hehe). Veo mucho Netflix, veo series y películas. Como ven, no tengo tiempo para aburrirme. Nunca estoy sola, porque siempre estoy conmigo. ¿Qué puedo decir?, me gusta mucho estar conmigo, soy de lo más interesante.
Nada de lo que estoy contado le va a sonar extraño a otro introvertido. Mi día se parece mucho al día de cualquiera que sea introvertido, y ha logrado ajustar su vida para vivir tranquilo. Las estadísticas hablan de que un tercio de la población es introvertida, pero como la sociedad valora tanto la extroversión, la mayoría se pasa el día fingiendo que son extrovertidos. Pero sufrimos mucho cuando nos toca hacerlo.
El small talk me produce unos niveles de ansiedad tan grandes, que ya dejé de fingir y ni lo intento. Esas son las ventajas de hacerse mayor, con las canas, aprende uno a ponerse a uno mismo primero. Evito a toda costa las situaciones en que me toca hacer visita, así cuando me toca, pues logro fingirlo un rato y que parezca natural. Pero les confieso, saber que esta semana no tengo reuniones, a cuenta del corona virus, me quita mucha tensión de encima. Sé que al menos por esta semana, no tengo que hacer visita, y eso me hace muy feliz.
Bueno, regreso al trabajo, que lo que estoy haciendo está divertido. Qué pasen una divertida cuarentena.
** Foto tomada de VisualHunt
Son tantas las personas que viven del diario, tantas empresas que van a tener problemas de caja, que mi preocupación más allá de la salud, es la inevitable recesión que vendrá. Como mi trabajo es digital, las cosas en que trabajo no se han congelado completamente a cuenta de las cuarentenas mundiales. Creo que mi pequeño aporte es ese, mantener el trabajo digital para que se mueva al menos ese dinero que depende de estos negocios.
En relación a la cuarentena, confieso que mi vida ha cambiado poco. Hace ya años trabajo casi todo el tiempo en remoto desde mi casa. Sigo proyectos con teleconferencias o standups por skype, zoom, etc. De cuando en cuando asistía a reuniones presenciales, pero el Corona Virus me ha dado la excusa perfecta para que ahora todas sean digitales. Trabajo algunos freelance internacionales, así que en ocasiones tengo reuniones en horas extrañas (de madrugada o en la noche), pero de resto, mi rutina es mas bien tranquila.
No es la primera vez que trabajo así, desde mi casa. Varios de mis emprendimientos empezaron en la sala de mi apartamento, y por años, he trabajado en casa. Aquellos que me han visto en una oficina, realmente han visto la excepción, porque no es mi habitat usual. No me gustan las oficinas, y el trabajo oficinesco. Para trabajar en casa, he desarrollado una metodología que me funciona, y que va bastante bien con mi personalidad. Soy muy eficiente y en general, me desespera de las oficinas, que percibo que la gente trabaja poco y va a hacer visita todo el día. No soy capaz de estar tranquila con una productividad tan baja, aún si todos los demás están haciéndolo.
¿Cómo es mi rutina? Lo primero es que tengo horarios laborales, procuro iniciar a trabajar entre 8 y 9 todos los días (la hora cambia si tengo algo que organizar en casa, porque no logro empezar a trabajar con la cama sin tender, o la cocina hecha un desastre). No recuerdo haber trabajado nunca en piyama. Me levanto, preparo café y si estoy en modo trabajo, es modo trabajo. No pongo netflix a menos que se en "mi hora de almuerzo" y necesite un break, no llamo a nadie a hacer visita, no me pongo a ver facebook. Si es día laboral, trabajo. Si lo que hago es interesante (y seguramente lo es), se me pasan las horas y no me doy ni cuenta. Como puff, wow, ya es hora de almorzar, puff ya se acabó el día. Me levanto a tomar café, doy una vuelta por el apartamento, peleo con el gato que para entonces ya seguro se acostó en el teclado, mando un tweet y sigo. Sigo las reglas del pomodoro, aún si no las mido exactamente.
Si por alguna razón no estoy de animo para trabajar (que no es frecuente, pero pasa), decido tomarme el día libre o la tarde libre, y luego "recupero" las horas el fin de semana. La misma disciplina aplico en los fines de semana, en que no trabajo. En mis años mozos, trabajaba 16 horas al día y luego el fin de semana seguía haciéndolo. Ya francamente, mi cuerpo no es capaz de dar el ritmo, y de verdad, necesito parar completamente el fin de semana. El trabajo que hago ahora, ya no es tan "mecánico" como programar, y tener la mente descansada se necesita para poder planear, pensar y no solo ejecutar.
Trabajar sola no implica que no se tenga estrategia, o que no hay trabajo en equipo. Tengo un tablero kanban en Trello que tiene mis objetivos en largo y mediano plazo, y luego, las tareas en tableros más pequeños por proyectos o por temas. Procuro hacer seguimiento de lo que voy haciendo, y de dar resultados en todos los frentes al tiempo. Hoy tengo emprendimientos y proyectos propios, y algunas consultorías o proyectos freelance para terceros. Aunque trabajo sola en casa, en todos los proyectos o iniciativas hay socios, clientes, compañeros, partes interesadas (stakeholders). Siempre hay alguien con quien se necesita coordinar o interactuar. Sólo que no lo hago estando físicamente en el mismo espacio. Coordino por chats (slack es mi favorito, pero he notado que solo nos gusta a los programadores. whatsapp es como el estándar, aunque me resulta un poco odioso. Si me preguntan, prefiero signal o telegram).
Prefiero la comunicación asincrónica a llamar por teléfono. Casi que prefiero las señales de humo a hablar por teléfono, pero bueno, eso ya es una neurosis personal: Las personas pueden estar concentradas en algo, y una llamada con otro tema, lejos de ser algo amable es algo poco considerado. Una interrupción puede costarte hasta 30 minutos. Eso en trabajo que requiere concentración, ¡es un montón! ¡No hagan eso! (No es gratis que la gente que programa, lleva audífonos anti-ruido y hace todo lo que puede para desconectarse del mundo por períodos)
Cuando no estoy en ese estado de flow, me mantengo en contacto todo el tiempo con el mundo exterior, y soy activa en redes sociales, principalmente en facebook y twitter. Mi mejor amiga está fuera del país hace mas de un año, y sin embargo, hablamos todos los días sin excepción.
Dentro de mi rutina, estudiar es fundamental. Al menos el equivalente a un día laboral para mí es estudiar. Ya hay tantas opciones, que no tiene uno excusa para no hacerlo: Platzi, Coursera, infinitos tutoriales y programas en linea, videos de youtube. Casi que el tema es, ¿qué quieres aprender hoy?
Ahora estoy haciendo un MBA en linea y estoy tratando de volver a programar con la misma velocidad que hace años. La gerencia hace que uno se oxide, y eso no me gusta. Estoy estudiando Python con Django.
Recientemente he incluido en mi plan del día el ejercicio. He tenido épocas disciplinadas con el ejercicio, pero en general me cuesta. Así que estoy procurando hacer el esfuerzo de incluirlo. Me tiene un poco traumatizada el saber que la calidad de vida hacia adelante tiene una dependencia tan grande con hacer ejercicio. A comer bien aprendí un poco a la mala, tras tener algunos problemas de salud, al menos eso, ya lo tengo controlado.
La mía es una familia diversa: 2 perros, 2 gatos y 1 gringo que por ahora no está en Bogotá. Sacar los perros es parte de la rutina, salimos a caminar y es divertido. Cuando necesito sol o un pequeño break, es la excusa perfecta. También son la excusa perfecta para no ir a centros comerciales y eso, si mi perro no va, ¡yo tampoco! Camino a todas partes siempre que pueda. Paso 2 y 3 semanas sin ir en carro a ninguna parte, no disfruto manejar en Bogotá (¿alguien lo hace?). Compro todo lo que necesito en mi barrio, caminando y si no es posible, internet.
Me gusta cocinar, así que hago las compras de alimentos para unos días (no soy buena con los mercados gigantes), y al final de la tarde, cuando ya no estoy siendo muy productiva, me pongo a cocinar. Hago mi propio pan, más porque realmente disfruto ir variando las recetas y ver cómo salen. Me las invento, y de vez en cuando quedan muy mal, pero también a veces las recetas resultan muy bien y me la paso bien cuando sucede.
Leo bastante. Lo usual es que estoy leyendo varios libros al tiempo, algunos técnicos, otros de negocios, y seguro alguna cosa de filosofía y algo de literatura. Los revuelvo, y voy cambiando de libro según el ánimo. Pero tengo el kindle siempre a mano, y soy muy feliz cuando alguien llega tarde a una reunion o estoy en alguna fila, porque es un ratico que me gano para leer. Devoro artículos en internet, leo mucho en Medium y algunas revistas como New Yorker, The Atlantic, Slate... Recientemente descubrí Jacobin y ¡me encanta! Leo El país, The Guardian y colombianos solo El Espectador.
Los fines de semana me pongo a cuidar mis matas, me gusta coser y tejer, tengo scrap books, pinto, escribo blogs. Cualquier día me da por pintar un mural en la pared, o mover todos los muebles de sitio. Me compré una flauta en Amazon, como las que usan los hobbits, y ahora estoy aprendiendo a tocarla (es especialmente gratificante tocar flauta desafinada cuando sabes que tu vecino regetonero está durmiendo, hehe). Veo mucho Netflix, veo series y películas. Como ven, no tengo tiempo para aburrirme. Nunca estoy sola, porque siempre estoy conmigo. ¿Qué puedo decir?, me gusta mucho estar conmigo, soy de lo más interesante.
Nada de lo que estoy contado le va a sonar extraño a otro introvertido. Mi día se parece mucho al día de cualquiera que sea introvertido, y ha logrado ajustar su vida para vivir tranquilo. Las estadísticas hablan de que un tercio de la población es introvertida, pero como la sociedad valora tanto la extroversión, la mayoría se pasa el día fingiendo que son extrovertidos. Pero sufrimos mucho cuando nos toca hacerlo.
El small talk me produce unos niveles de ansiedad tan grandes, que ya dejé de fingir y ni lo intento. Esas son las ventajas de hacerse mayor, con las canas, aprende uno a ponerse a uno mismo primero. Evito a toda costa las situaciones en que me toca hacer visita, así cuando me toca, pues logro fingirlo un rato y que parezca natural. Pero les confieso, saber que esta semana no tengo reuniones, a cuenta del corona virus, me quita mucha tensión de encima. Sé que al menos por esta semana, no tengo que hacer visita, y eso me hace muy feliz.
Bueno, regreso al trabajo, que lo que estoy haciendo está divertido. Qué pasen una divertida cuarentena.
** Foto tomada de VisualHunt
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