Es curioso ver las alianzas que han surgido para esta segunda vuelta. Es posible, vemos, que los colombianos se organicen para sacar adelante un proyecto. El país partido en dos, y todos los partidos en campaña con el Presidente-Candidato. El miedo une a los grupos más disimiles, en contra de los otros.
A mi me asusta Uribe, mucho más de lo que puedo explicar, así que por supuesto, estoy haciendo campaña a Santos y sin duda votaré por él. Toda la gente que conozco y con la que he hablado en los últimos días tiene discursos similares. Esto no es raro, es que la gente que conozco es centro izquierda en su mayoría, y teme a Uribe tanto como yo. Confiamos en las maquinarias del partido liberal, de los caciques conservadores que se negaron a unirse a Zuluaga, a Cambio Radical y los tres votos de opinión que pone la Alianza Verde y el Polo. Nunca antes había deseado que el tamal y la teja sean exitosos. Ojalá estén llegando los helicópteros con maleticas de plata a todos los pueblos, y la aristocracia bogotana esté haciendo su tarea apropiadamente.
Y digo esto sin vergüenza, a pesar de entender que mis palabras implican la aceptación de que en Colombia no hay democracia, que habrá todo tipo de fraudes electorales. Creo que lo que nos estamos jugando es el retorno al país feudal y ultra conservador. Prefiero más de lo mismo, que al menos permite el reconocimiento de las víctimas y un chance al proceso de paz, que volver a Uribe.
A mi me asusta Uribe, mucho más de lo que puedo explicar, así que por supuesto, estoy haciendo campaña a Santos y sin duda votaré por él. Toda la gente que conozco y con la que he hablado en los últimos días tiene discursos similares. Esto no es raro, es que la gente que conozco es centro izquierda en su mayoría, y teme a Uribe tanto como yo. Confiamos en las maquinarias del partido liberal, de los caciques conservadores que se negaron a unirse a Zuluaga, a Cambio Radical y los tres votos de opinión que pone la Alianza Verde y el Polo. Nunca antes había deseado que el tamal y la teja sean exitosos. Ojalá estén llegando los helicópteros con maleticas de plata a todos los pueblos, y la aristocracia bogotana esté haciendo su tarea apropiadamente.
Y digo esto sin vergüenza, a pesar de entender que mis palabras implican la aceptación de que en Colombia no hay democracia, que habrá todo tipo de fraudes electorales. Creo que lo que nos estamos jugando es el retorno al país feudal y ultra conservador. Prefiero más de lo mismo, que al menos permite el reconocimiento de las víctimas y un chance al proceso de paz, que volver a Uribe.
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