Hace unos días, estuvimos en la presentación en Bogotá del documental Impunity. Al final, nadie quiere aplaudir, hay silencio total en la sala.
En Colombia para ser víctima solo hay que haber nacido en el sitio equivocado. No hay que hacer nada, decir nada, solo estar en el sitio que no es y eso basta para ser torturado, violado, muerto.
En Colombia para ser víctima solo hay que haber nacido en el sitio equivocado. No hay que hacer nada, decir nada, solo estar en el sitio que no es y eso basta para ser torturado, violado, muerto.
Digo yo, "Responsables somos todos". Mi hermana responde, "Hay unos más culpables que otros". Creo que ella notó rápidamente cómo sería mi proceso mental posterior.
El documental me quitó el sueño, lo llenó de pesadillas varios días. No había imágenes llenas de sangre, era la crudeza de la verdad, de la culpa. Casi una semana después, he vuelto a dormir. Pero sigo pensando en esa primera frase que dije al salir, responsables somos todos. Por mirar en otra dirección, por no interesarnos, por permitirlo con nuestra indiferencia. Me sentí muy estúpida pensando en los que me parecían problemas, y cómo son niñadas al lado de un drama real, de lo que viven otros. Qué tal todos preocupados por el trancón capitalino! Qué superficial parece el problema de movilidad cuando se piensa en la violencia, en su alcance.
Iván dice, "nosotros habríamos muerto hace tiempo, con lo peliones que somos". A todos nos afectó mucho haber visto esas imágenes. "Para trabajar en derechos humanos hay que tener una formación muy especial, que tu no tienes", me dice. Si, me he pasado la vida estudiando ingeniería. Me parece un conocimiento de lo más inútil ahora. Llevo varios días pensando en qué puedo hacer, en cómo involucrarme. Necesito hacer algo, algo más de lo que estoy haciendo.
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