Hoy mi hermana me dijo, en chiste, pero en serio, que no entendía por qué no habíamos nacido en Noruega.
Llegamos a ese tema, por que hablábamos de mis vecinos, de las discusiones sobre las adopciones gays, sobre la corrupción. Crecimos en un hogar donde había total tolerancia a cualquier diversidad, que no fuera deshonestidad, y vivimos en completa frustración por haber nacido en Colombia. Ese país donde no se conoce la palabra tolerancia, donde la diversidad se aplasta y el que no roba es un idiota.
Lo curioso es que nunca nos hemos querido ir, y nunca ha dejado de importarnos, a pesar de la frustración constante. No podemos solo pretender que vivimos en otro país, ir al Andino y pensar que nada pasa. Tampoco nos nace ese deseo de ir a ser oficinistas en Lóndres.
Recuerdo desde niña que repetía un dicho, "Cada uno carga la cruz que le da la gana cargar". Al parecer, vivir en Colombia, en vez de Noruega, es la mía.
Llegamos a ese tema, por que hablábamos de mis vecinos, de las discusiones sobre las adopciones gays, sobre la corrupción. Crecimos en un hogar donde había total tolerancia a cualquier diversidad, que no fuera deshonestidad, y vivimos en completa frustración por haber nacido en Colombia. Ese país donde no se conoce la palabra tolerancia, donde la diversidad se aplasta y el que no roba es un idiota.
Lo curioso es que nunca nos hemos querido ir, y nunca ha dejado de importarnos, a pesar de la frustración constante. No podemos solo pretender que vivimos en otro país, ir al Andino y pensar que nada pasa. Tampoco nos nace ese deseo de ir a ser oficinistas en Lóndres.
Recuerdo desde niña que repetía un dicho, "Cada uno carga la cruz que le da la gana cargar". Al parecer, vivir en Colombia, en vez de Noruega, es la mía.
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