Ciertas situaciones disparan mis síntomas de depresión. Altos niveles de estrés, o la falta de sueño. Como he confesado antes en este blog, tomo una dosis más o menos alta de antidepresivos con medicamentos para la tiróides, en un combo que es usual en depresión clínica con ansiedad.
Los primeros 10 o 15 años de mis síntomas, no sabía muy bien que pasaba, y como muchos que no hemos sido educados sobre enfermedades mentales, mi forma de tratamiento era tomando más alcohol del que debía. Cerca de los 30 años, y después de intentar muchas cosas, finalmente un psiquiatra me prescribió antidepresivos y con ello, probablemente salvó mi vida. Hoy tengo 43. Ya he tenido más de 4 crisis severas de depresión, por lo que se considera que debo tomar medicamentos por el resto de mi vida. Eso siginifica, acostumbrarse a vivir con los efectos secundarios del medicamento. Ya he aprendido a manejar las crisis, porque soy capaz de darme cuenta yo misma cuando no estoy bien. Con frecuencia, soy también capaz de sacarme a mi misma de la crisis, con un poco de ayuda de aumentar las dosis de antidepresivos temporalmente, y con solamente, resistirme a abandonarme a los síntomas.
Desde ayer, siento los síntomas con mucha fuerza. He tenido una semana de mucho estrés personal, por temas económicos y porque mi esposo tiene una depresión compleja y cuidarlo require mucho de mi. Por los sintomas que reconozco tener, es posible que este escrito tenga una voz distinta a mi voz usual. Hoy sólo tengo energía para dormir y llorar. No puedo seguir mi rutina habitual, hacer cosas sencillas como preparar algo de comer, o sacar los perros a caminar. Entiendo que estoy en una situación en que se requiere que tome algunas acciones, como pagar las cuentas y asumir las responsabilidades de la vida adulta. Sólo que no se como hacerlo, estoy paralizada, incapaz de actuar, me cuesta respirar. El síntoma más claro para mi de que las cosas van empeorando y me acerco a una crisis, es que no puedo soportar el telefono o el celular timbrando. No puedo atender las necesidades de otros, de información, de apoyo de lo que sea. No puedo manejar ninguna petición de nadie frente a nada, porque la poca energía que tengo está centrada en no sumirme en la depresión profunda.
Entiendo que el ver todo negro y sin posibilidades de futuro es una distorsión de la realidad producto de mi depresión. Se que el no ver salida a los problemas, que seguramente son simples, es parte de los sintomas de la depresión. Se que si logro equilibrarme, voy a estar bien porque simplemente voy a hacer lo que debo hacer para estar bien. Pero mientras los síntomas están presentes, el saber que esto es así, no hace más fácil lo que siento. Solo empeora la impotencia. Se que podría estar bien si no me sintiera asi, pero no puedo dejar de sentirme así, y por tanto no puedo hacer lo necesario para salir de este estado, entonces mejor me voy a dormir. Mientras duermo no hay conflicto, no hay angustia ni tristeza, no hay nada. Solo estoy en paz. El problema es que ya dormí como 6 horas este día y no logro conciliar el sueño.
En este momento, las cosas que usualmente me apasionan o me divierten no lograr capturar mi atención. Pongo conferencias de TED o una conferencia de open Yale que he estado siguiendo y me encanta. Pero no soy capaz de entender lo que van diciendo, no logro hilar lo que dicen para que tenga sentido. Leer no ayuda porque veo como mis ojos se mueven por las palabras sin entender nada de lo que dicen.
Afortunadamente, ya no trabajo en una oficina, y esta crisis la puedo tener en mi casa mientras nadie me está mirando y juzgando. El tener que fingir que uno está bien, empeora significativamente los síntomas de desesperanza. Hablar no ayuda porque lo único que hago es quejarme, por cosas sin sentido, por problemas que me invento, por lo abrumadora que es la vida. Quejarse y quejarse sólo empeora los síntomas, magnifica la distorsión. Por eso, cuando oigo mi mente quejarse, trato de ocuparla, para que no me atrape. Este escrito es justamente una forma de evitar que mi mente, se vaya por ese camino. Porque se que lo que estoy sintiendo en este momento, esta profunda desesperanza, la incapacidad de hacer cosas productivas o prestar atención son sólo sintomas de una enfermedad, y que se irán más tarde o mañana y todo va a estar bien. Sólo tengo que superar el día, evitar la espiral descendente, mantenerme firme.
Voy a estar bien, y lo se porque no es la primera vez que me pasa esto. Cuantos miles de dias he pasado así. Ya lo se. Ya se que lo que tengo no tiene nada que ver con lo que pasa a mi alrededor o las personas a mi lado, o el trabajo, o el clima, sino que está solamente en mi mente. Que mi cerebro me está jugando una mala pasada, de pronto porque hoy estaba aburrido, y quería más tiempo para dormir. ¿Quién sabe porqué decidió hoy hacerme esto?
El sufrimiento que producen las enfermedades mentales no son algo de lo que se habla mucho. Pero es real y muy solitario. Si me preguntan cuando este bien, sólo negaré que este episodio sucedió. Me verán trabajando normal, cómo si nada hubiera pasado. Cómo lo he hecho desde que tengo memoria. La vida sigue.
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Los primeros 10 o 15 años de mis síntomas, no sabía muy bien que pasaba, y como muchos que no hemos sido educados sobre enfermedades mentales, mi forma de tratamiento era tomando más alcohol del que debía. Cerca de los 30 años, y después de intentar muchas cosas, finalmente un psiquiatra me prescribió antidepresivos y con ello, probablemente salvó mi vida. Hoy tengo 43. Ya he tenido más de 4 crisis severas de depresión, por lo que se considera que debo tomar medicamentos por el resto de mi vida. Eso siginifica, acostumbrarse a vivir con los efectos secundarios del medicamento. Ya he aprendido a manejar las crisis, porque soy capaz de darme cuenta yo misma cuando no estoy bien. Con frecuencia, soy también capaz de sacarme a mi misma de la crisis, con un poco de ayuda de aumentar las dosis de antidepresivos temporalmente, y con solamente, resistirme a abandonarme a los síntomas.
Desde ayer, siento los síntomas con mucha fuerza. He tenido una semana de mucho estrés personal, por temas económicos y porque mi esposo tiene una depresión compleja y cuidarlo require mucho de mi. Por los sintomas que reconozco tener, es posible que este escrito tenga una voz distinta a mi voz usual. Hoy sólo tengo energía para dormir y llorar. No puedo seguir mi rutina habitual, hacer cosas sencillas como preparar algo de comer, o sacar los perros a caminar. Entiendo que estoy en una situación en que se requiere que tome algunas acciones, como pagar las cuentas y asumir las responsabilidades de la vida adulta. Sólo que no se como hacerlo, estoy paralizada, incapaz de actuar, me cuesta respirar. El síntoma más claro para mi de que las cosas van empeorando y me acerco a una crisis, es que no puedo soportar el telefono o el celular timbrando. No puedo atender las necesidades de otros, de información, de apoyo de lo que sea. No puedo manejar ninguna petición de nadie frente a nada, porque la poca energía que tengo está centrada en no sumirme en la depresión profunda.
Entiendo que el ver todo negro y sin posibilidades de futuro es una distorsión de la realidad producto de mi depresión. Se que el no ver salida a los problemas, que seguramente son simples, es parte de los sintomas de la depresión. Se que si logro equilibrarme, voy a estar bien porque simplemente voy a hacer lo que debo hacer para estar bien. Pero mientras los síntomas están presentes, el saber que esto es así, no hace más fácil lo que siento. Solo empeora la impotencia. Se que podría estar bien si no me sintiera asi, pero no puedo dejar de sentirme así, y por tanto no puedo hacer lo necesario para salir de este estado, entonces mejor me voy a dormir. Mientras duermo no hay conflicto, no hay angustia ni tristeza, no hay nada. Solo estoy en paz. El problema es que ya dormí como 6 horas este día y no logro conciliar el sueño.
En este momento, las cosas que usualmente me apasionan o me divierten no lograr capturar mi atención. Pongo conferencias de TED o una conferencia de open Yale que he estado siguiendo y me encanta. Pero no soy capaz de entender lo que van diciendo, no logro hilar lo que dicen para que tenga sentido. Leer no ayuda porque veo como mis ojos se mueven por las palabras sin entender nada de lo que dicen.
Afortunadamente, ya no trabajo en una oficina, y esta crisis la puedo tener en mi casa mientras nadie me está mirando y juzgando. El tener que fingir que uno está bien, empeora significativamente los síntomas de desesperanza. Hablar no ayuda porque lo único que hago es quejarme, por cosas sin sentido, por problemas que me invento, por lo abrumadora que es la vida. Quejarse y quejarse sólo empeora los síntomas, magnifica la distorsión. Por eso, cuando oigo mi mente quejarse, trato de ocuparla, para que no me atrape. Este escrito es justamente una forma de evitar que mi mente, se vaya por ese camino. Porque se que lo que estoy sintiendo en este momento, esta profunda desesperanza, la incapacidad de hacer cosas productivas o prestar atención son sólo sintomas de una enfermedad, y que se irán más tarde o mañana y todo va a estar bien. Sólo tengo que superar el día, evitar la espiral descendente, mantenerme firme.
Voy a estar bien, y lo se porque no es la primera vez que me pasa esto. Cuantos miles de dias he pasado así. Ya lo se. Ya se que lo que tengo no tiene nada que ver con lo que pasa a mi alrededor o las personas a mi lado, o el trabajo, o el clima, sino que está solamente en mi mente. Que mi cerebro me está jugando una mala pasada, de pronto porque hoy estaba aburrido, y quería más tiempo para dormir. ¿Quién sabe porqué decidió hoy hacerme esto?
El sufrimiento que producen las enfermedades mentales no son algo de lo que se habla mucho. Pero es real y muy solitario. Si me preguntan cuando este bien, sólo negaré que este episodio sucedió. Me verán trabajando normal, cómo si nada hubiera pasado. Cómo lo he hecho desde que tengo memoria. La vida sigue.
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