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Richard Corey y Mending Wall

Cuando estaba en el colegio, pasaba mucho más tiempo del debido, leyendo poesía norteamericana. En días como hoy, suelo recordar algunos de esos poemas. Aquí les comparto dos de ellos, que aún me acompañan:

Richard Corey

Edwin Arlington Robinson. 1869–1935


WHENEVER Richard Cory went down town,
We people on the pavement looked at him:
He was a gentleman from sole to crown,
  Clean favored, and imperially slim.

And he was always quietly arrayed,
And he was always human when he talked
But still he fluttered pulses when he said,
"Good-morning," and he glittered when he walked.

And he was rich—yes, richer than a king,
And admirably schooled in every grace:
In fine, we thought that he was everything
To make us wish that we were in his place.

So on we worked, and waited for the light,
And went without the meat, and cursed the bread;
And Richard Cory, one calm summer night,
Went home and put a bullet through his head.


Mending Wall

Robert Frost 1874-1963


Something there is that doesn't love a wall,
That sends the frozen-ground-swell under it
And spills the upper boulder in the sun,
And make gaps even two can pass abreast.
The work of hunters is another thing:
I have come after them and made repair
Where they have left not one stone on a stone,
But they would have the rabbit out of hiding,
To please the yelping dogs. The gaps I mean,
No one has seen them made or heard them made,
But at spring mending-time we find them there,
I let my neighbor know beyond the hill;
And on a day we meet to walk the line
And set the wall between us once again.
We keep the wall between us as we go.
To each the boulders that have fallen to each.
And some are loaves and some so nearly balls
We have to use a spell to make them balance:
"Stay where you are until our backs are turned!"
We wear our fingers rough with handling them.
Oh, just another kind of outdoor game,
One on a side. It comes to little more:
There where it is we do not need the wall:
He is all pine and I am apple orchard.
My apple trees will never get across
And eat the cones under his pines, I tell him.
He only says, "Good fences make good neighbors."
Spring is the mischief in me, and I wonder
If I could put a notion in his head:
"Why do they make good neighbors? Isn't it
Where there are cows? But here there are no cows.
Before I built a wall I'd ask to know
What I was walling in or walling out,
And to whom I was like to give offense.
Something there is that doesn't love a wall,
That wants it down." I could say "Elves" to him,
But it's not elves exactly, and I'd rather
He said it for himself. I see him there,
Bringing a stone grasped firmly by the top
In each hand, like an old-stone savage armed.
He moves in darkness as it seems to me,
Not of woods only and the shade of trees.
He will not go behind his father's saying,
And he likes having thought of it so well
He says again, "Good fences make good neighbors."

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