Hay soledad de esa que es fría, impersonal. Usual en los sitios llenos de personas que hablan de cosas que realmente no les importa pero que lo prefieren al silencio. Hay soledad calida, la de tener espacio para oír los propios pensamientos, sentir cada pequeña cosa, como el rayo de sol que se asoma y toca un poco el brazo. Hay soledad que parece casi musical, en que ve uno todo más claro y puede ver cómo cada intención se relaciona con otra, y cómo hay personas que dicen todo lo correcto pero no lo sienten realmente. Hay soledad obsesiva, esa que se centra en una sola cosa, idea, lugar, persona que no está presente. La soledad de sentir una profunda carencia sin darse cuenta de todo lo que sí está presente. Está la soledad miserable, que no es otra cosa que sentirse menos y por eso, necesitar mezclarse con eso que sentimos menos. La soledad tiene muchas formas, y cambia constantemente. Como una columna de humo que se mueve caprichosamente con el viento. Photo credit: Oscar F. Hevi
Este es el blog personal de Maria Velasco. Colombiana, empresaria, feminista, ultra liberal, comprometida, trabajadora, valiente, anticlerical, tomadora de café, realista y leal con los amigos. Las opiniones expresadas aquí son personales y de ninguna forma representan a mi actual empleador.